NO
MORE PSYCHIATRIC LABELS Campaign to Abolish Psychiatric diagnostic Systems such
as ICD and DSM (CAPSID)1,2
María Eugenia Moyano.
Residente de 4º año de Psiquiatría Hospital Juan María Obarrio/ Hospital Nstra Sra del Carmen – Si. Pro. Sa - Tucumán
Motivos de la evidencia científica
en la que se sustenta la posición de encontrar nuevas formas de clasificación
de las enfermedades mentales, alternativas a los sistemas ICD y DSM
estableciendo las siguientes conclusiones:
· Los diagnósticos psiquiátricos no son válidos.
· El uso de los diagnósticos psiquiátricos aumenta la
estigmatización.
· La utilización de diagnósticos psiquiátricos no ayuda
a la decisión sobre el tratamiento a elegir.
·
El pronóstico
a largo plazo de los problemas de salud mental ha empeorado.
· Estos
sistemas imponen las creencias occidentales sobre los trastornos mentales en
otras culturas.
·
Existen
modelos alternativos, basados en la evidencia, para proporcionar una atención
eficaz en salud mental.
La recopilación de estudios
científicos sobre epidemiología, las investigaciones transculturales y los
ensayos clínicos de eficacia del tratamiento ponen de relieve hasta qué punto los datos son inconsistentes con el
modelo médico dominante, basado en diagnósticos, y considerado como el
paradigma organizativo de la práctica clínica. El uso continuado de los
sistemas de clasificación diagnóstica para la realización de la investigación,
la formación, la evaluación y el tratamiento de las personas con problemas de
salud mental es incompatible con un enfoque basado en la evidencia.
En relación con la etiología de los
trastornos mentales, el fracaso de la
investigación científica básica para revelar cualquier disfunción biológica
específica o cualquier marcador fisiológico o psicológico que sirva para
identificar un determinado diagnóstico psiquiátrico es sobradamente reconocido.
La única excepción importante a la falta de apoyo sobre la etiología de un
diagnóstico es el trastorno por estrés postraumático, que atribuye los síntomas
al resultado directo de un trauma”.“Existe
un amplio cuerpo de evidencia que vincula los episodios psiquiátricos,
considerados como más graves, como las alucinaciones auditivas y la psicosis, a
situaciones de trauma y abuso, incluyendo el abuso sexual, el físico y el
racial, la pobreza, el abandono y el estigma. Es importante tratar de
comprender las experiencias psicóticas dentro del contexto de la historia de
vida de la persona.
El hecho de que la investigación científica
básica no haya podido establecer ningún marcador biológico específico para
ningún diagnóstico psiquiátrico, pone de manifiesto que los sistemas de
clasificación actuales no comparten el mismo valor científico para pertenecer a
las ciencias biológicas que el resto de la medicina. Nuestra incapacidad para encontrar correlatos biológicos no debe ser
vista como una debilidad. Debemos
entender este fracaso como una oportunidad para revisar el paradigma dominante
en salud mental y desarrollar otro que se adapte mejor a la evidencia.
Se tuvieron en cuenta estudios y meta-análisis
que avalan la eficacia de determinadas intervenciones psicológicas y efecto
placebo asociado a los psicofármacos, afirmando que el desequilibrio bioquímico
en el que se basa el tratamiento farmacológico en salud mental, no se ha podido demostrar. Los pacientes con
trastorno mental, fuera de EE.UU. y Europa, presentan unas tasas de recaída
significativamente más bajas y son significativamente más propensos a alcanzar
una plena recuperación y menor grado de deterioro a largo plazo, aunque haya
tenido un acceso limitado o nulo a medicación antipsicótica.
El
diagnóstico en salud mental, como cualquier otro enfoque basado en la enfermedad,
puede estar contribuyendo a empeorar el pronóstico de las personas
diagnosticadas, más que a mejorarlo. La única conclusión basada en la evidencia
que se puede extraer es que los sistemas psiquiátricos diagnósticos formales,
como el DSM y el CIE, deberían abolirse.
Nuevos paradigmas, basados en la
evidencia, pueden ser desarrollados e
implementados, con la colaboración y el debate conjunto con otros
profesionales de la psicología, sociología, filosofía, medicina, etc. “Buenos puntos de partida”, en la búsqueda
de factores causales como en la realización de la práctica clínica:
·
Etiología: los factores contextuales deben integrarse en
la investigación.
·
Práctica Clínica: Si bien los
resultados sobre la eficacia del tratamiento farmacológico no ha mejorado en 40
años de investigación, existen otras alternativas, (psicoterapia, servicios comunitarios en salud mental, abuso de
sustancias e intervención con parejas), que han incorporado el peso que
juega la alianza terapéutica o el apoyo social en la eficacia de la
intervención, mejorando la eficacia de las resultados. Movimientos basados en
un enfoque de “recuperación” o “rehabilitación”, en vez de en un modelo de
enfermedad y de clasificación diagnóstica, así como programas que defienden un
modelo integrado de atención a la salud mental y física, son buenos ejemplos de cómo la evidencia puede incorporarse para
facilitar un cambio de la cultura institucional.
COMENTARIO
He
elegido este artículo considerando de importancia poner en debate durante la
formación aquellos temas que atraviesan nuestra lectura clínica. También en el
afán de producir un espacio para repensar paradigmas vigentes, sin tener que
repetir nosografías sin conocerlas o preguntarse sobre su validez, pongo este
artículo a disposición de todos justamente para escuchar que opinan al
respecto.
UN ARTICULO POR DÍA: 23/01/2014: "Diagnóstico en psiquiatría DSM"
Reviewed by PEF
on
12:41
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